martes, 3 de noviembre de 2009

La sociedad indiana

A la hora de estudiar a la población precolombina se nos plantean dos problemas: la desigualdad de su distribución y la dificultad de su cuantificación. En cuanto a la distribución, existen zonas densamente pobladas, como la zona de los Mayas en el área de México, la zona de influencia del Imperio Inca en el cono sur o la cuenca del Amazonas en Brasil, frente a otras con una población más escasa. La cuantificación de la población se ha abordado con diferentes medios científicos, dando estos diferentes cifras, tanto para la estimación de la población antes de la conquista como para la cuantificación del impacto que ésta produjo: según Dobyns, en 130 años se redujo la población en un 95%. Cook y Borah en sus estudios establecen que la población en México en 1518 era de 25,2 millones, siendo de 700000 persona en 1623. Lo cierto es que la población mundial a principios del siglo XVI aumentó tanto en África como en Asia y Europa, y la única evolución negativa se produce en América.

Causas de la caída demográfica en América.

Frente a la tesis genocida, que tiene su origen en los propios españoles, en especial en los clérigos, como Bartolomé de las Casas, se encuentra la tesis que defiende la catástrofe demográfica como consecuencia de epidemias y enfermedades desconocidas por los nativos. En Brevísima historia de las Indias, Fray Bartolomé de las Casas da testimonio de la justicia y malos tratos cometidos contra los indígenas, pretendiendo llamar la atención al rey. Si bien esto no se puede negar, lo cierto es que no hubo un plan organizado de genocidio, y las epidemias tuvieron que contribuir en gran parte a ese desastre.
Sánchez Albornoz defiende la teoría del “desgano vital”, caracterizada por el desconcierto, la infertilidad e incluso los suicidios, interpretándose como una forma de rebelión extrema. Una última tesis alude a los cambios económicos y sociales: la pérdida de las tierras, el parcelamiento o el cambio en los cultivos, que no aseguraban el reemplazo generacional en los pueblos indígenas.

La emigración española.

La emigración hacia América estará controlada por la Corona. Para ello se crea en Sevilla la Casa de Contratación, donde sería necesario registrarse, a partir de 1503, si se quería partir al Nuevo Mundo. Los emigrantes procederán sobre todo de Castilla, pertenecientes a las clases media y baja (campesinos, artesanos y pequeña nobleza). En un principio la Corona solo admitirá a cristianos viejos, de religión católica y castellanos, para así adaptar esa emigración a las necesidades de la colonia. Evitará llevar a vagabundos y malhechores, y más tarde se limitará el paso también a letrados, con la intención de evitar testimonios y pleitos. La presencia de extranjeros será escasa, tan solo técnicos alemanes, italianos, irlandeses y flamencos. Todos, por supuesto, católicos.
Al principio de la conquista los emigrantes permanecían solo temporadas, eran militares, clérigos, marineros…Más tarde la Corona dictaría órdenes para favorecer el arraigo, como el abastecimiento de esposas peninsulares. La intención es formar asentamientos urbanos y dar la sensación de unidad, preservar las costumbres de esos emigrantes y mantenerse cerca del poder.

Existirá una preocupación por colocar a cada uno donde le corresponde, y el color de la piel será determinante, indicando un determinado estatus social.

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